¡Ojo con la motivación! ¡No es lo mismo estimular que inspirar!

Cuando estamos en red, en atención flotante, con una visión periférica, si bien no dejamos de registrar los nuevos estímulos, nos abrimos a la inspiración.

Al contrario, en estado de atención focalizada, los estímulos son percibidos como amenazas que incitan a una reacción defensiva, cerrando la red del pensamiento, o consolidando excesivamente las fronteras del sí mismo.

¿Qué pasa cuando percibimos en forma lineal y cuando percibimos en  red?

En forma lineal, funcionamos según el principio de acción-reacción, “contraatacando” a un estímulo con una única respuesta, que se expresa sobre el mismo eje y en dirección contraria. En red, esos mismos estímulos se difunden como fuentes de inspiración por la trama de nuestras ideas, conectándolas de diversos modos y generando otras nuevas.

Gráficamente, el estímulo cierra más la trama; la inspiración abre la red y la hace crecer.

Claro que hay experiencias más inspiradoras que otras, y también personas más inspiradoras, en tanto que otras nos “acribillan” de estímulos que reclaman reacciones lineales e inmediatas.

Lo notable es que, en gran parte, somos nosotros los que decidimos, según el estado mental en que los recibimos, si nos dejamos inspirar o si nos sometemos al bombardeo de exigencias.

Claro que siempre aparece la pregunta “¿Cómo atreverse a abrir la red cuando percibimos una amenaza?”. Quizá la respuesta sea que las reacciones lineales fueron defensas adecuadas para los peligros de la Edad Media, como lo eran las ciudades amuralladas. En el mundo en  red, las fronteras han desaparecido y las amenazas se presentan de otros modos; en este nuevo teatro de operaciones, lo menos riesgoso es activar el “radar” para percibir las tendencias, y sólo reaccionar en forma lineal cuando se detecta un ataque concreto.

 

Del libro digital Pensamiento en Red, conectando ideas, personas y proyectos,

también disponible en Audiolibro.